Cómo la UE está cambiando las reglas del juego: adiós al Greenwashing en la publicidad

Cómo la UE está cambiando las reglas del juego adiós al Greenwashing en la publicidad

Efectivamente, en cuestión de poco tiempo, las marcas lo tendrán muy difícil para practicar ese lavado verde o ecoblanqueo al que, desafortunadamente, nos tienen acostumbradas algunas empresas.

A partir de ahora, solo cabe la transparencia y la honestidad. Emblemas que, por otra parte, son respaldo de cualquier estrategia exitosa en el campo del marketing, publicidad y/o comunicación, aunque algunas aún se resistan.

La UE otorga un mayor respaldo a los derechos de los consumidores y consumidoras la iniciar la senda de la prohibición a las declaraciones engañosas, aquellas que toman reclamos verdes como eco, 100 % sostenible o cero emociones como eslóganes, aunque estas afirmaciones sean vagas o directamente induzcan a engaño.

El primer paso ya ha sido dado, a través de la aprobación de la Directiva sobre el empoderamiento de los consumidores para la transición ecológica, el pasado 17 de enero.

Una nueva regulación europea que evitará prácticas comerciales desleales y mejorará la cobertura a los derechos de la ciudadanía. 

Los consumidores y consumidoras rechazan el greenwashing

Con prácticas desleales y declaraciones engañosas nos referimos a casos como los protagonizados en Reino Unido por Shell, Repsol y Petronas, cuyos anuncios, dentro de sus estrategias ecológicas, han sido prohibidos por incurrir en greenwashing.

Y es que, las sentencias judiciales y las propuestas legislativas de la UE no hacen sino respaldar lo que ya es un clamor social: el rechazo hacia la publicidad que intenta valerse de reclamos publicitarios verdes para ahondar en nuestros valores y ganarnos por la conciencia, aunque en la práctica esas marcas tengan muy poco de sostenibles. 

Afortunadamente, parece que el 84 % de los directivos creen que su empresa facturará más siendo más sostenible, según un estudio reciente de Simmons & Simmons.

Así que, puede que las empresas comiencen a dar carpetazo al ecopostureo y repensar sus estrategias publicitarias antes de que sea la propia legislación la que les obligue a ello.

Las más pequeñas, las que no sepan cómo abordar esta situación sin incurrir en una ilegalidad o sin perder posiciones frente a la competencia, siempre podrán recurrir a profesionales de la comunicación, el marketing y la publicidad digital en busca de asesoramiento al respecto.

La mencionada Directiva deberá continuar los pasos hacia su tramitación oficial ante el Consejo de la UE y su aprobación definitiva, para después ser transpuesta a las legislaciones de los Estados miembros.

Esta Directiva contará con el respaldo de la propuesta conocida como Green Claims Directive, aún en negociación, que tratará de establecer criterios comunes y más precisos contra el ecoblanqueo. Esta última tratará de establecer pautas sobre cómo deben respaldarse las declaraciones ambientales por parte de las empresas en sus etiquetas, packaging, campañas publicitarias, etc. La Green Claims Directive podría ser aprobada en el seno de la UE a lo largo del presente año.