¿Cómo ha cambiado el 2020 nuestra forma de consumir online?

Cómo ha cambiado el 2020 nuestra forma de consumir online

Es fundamental que las empresas se adapten a los cambios

La situación vivida el pasado año impulsó un proceso de digitalización que se desarrollaba tímidamente aún en nuestro país, sobre todo en ciertos sectores y actividades económicas.

Esa digitalización exprés no solo afectó a los procesos internos de las empresas o a su relación con los proveedores e incluso trabajadores y trabajadoras, sino que marcó un antes y un después respecto a los consumidores en general y a los clientes en particular.

El comercio electrónico se afianzó y estableció nuevos hábitos a los que todas las marcas han tenido que adaptarse.

De hecho, el Observatorio Cetelem Consumo 2020 lanzó un informe a finales del pasado año que ponía de relieve cómo el 28 % de los encuestados decían haber cambiado su concepción sobre el comercio electrónico durante la época de confinamiento, pues habían comprado más por internet. Es más, un 45 % hacían y harán la mayoría de sus compras a través de la red.

Los datos proporcionados por el INE se sitúan en la misma línea, pues reflejan que, en junio de 2020, las ventas online del comercio minorista experimentaron un ascenso del 71,2 % respecto al mismo mes del año anterior. 

Los desafíos de las marcas ante la nueva digitalización

¿Qué han hecho y deben seguir haciendo las marcas para dar respuesta a esta nueva realidad y salir airosas? Sin duda, acumular todo el conocimiento que esté a su alcance para enfrentarse a los nuevos retos planteados por los consumidores digitales. Las herramientas informáticas e internet están de su parte.

Así, quienes se resistían a desarrollar su actividad de forma paralela en la red, deberán ponerse a ello, habilitando canales de marketing que consigan aumentar sus ventas como pueden ser; plataformas de venta, promoción e información, publicidad digital, campañas de pago… Porque en internet tenemos mucho margen de maniobra para llegar a nuestros potenciales clientes, sin embargo, todo empieza por diseñar una página web corporativa o e-commerce adecuados. 

Efectivamente, hay mucho trabajo por hacer. Afianzar una experiencia de usuario satisfactoria respecto a los servicios digitales de la marca y establecer protocolos que traten de forma escrupulosa y con total transparencia los datos personales de los clientes en los mismos es un paso fundamental. Para ello, las empresas más pequeñas habrán de confiar en el apoyo de profesionales externos y agencias expertas en marketing y comercio online dispuestas a guiarles en su camino hacia el mundo digital.

De hecho, en muchas ocasiones, la adaptación al entorno online ha obligado a modificar el proceso productivo de las empresas que, gracias a las posibilidades que brinda internet, han podido mejorar su conocimiento y alcance sobre nuevos nichos de mercado a los que se intentan llegar lo antes posible adaptando incluso sus canales de venta y llegando, gracias a internet, a cualquier parte del mundo.

Sin duda, los retos son importantes, pueden incluso abrumarnos; pero más lo son las oportunidades de negocio.